A continuación, se analizará un indicador de la publicación Las cifras de la educación en España. Curso 2015-2016 (Edición 2018). Este informe es subido y publicado en la página oficial del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; es realizado por el Ministerio en colaboración con la Subdirección General de Estadística y su intención es brindar una “panorámica de la situación de la educación española, a través de datos relevantes e indicadores” (Sitio Web MECD, 2018)
El indicador que se ha escogido para realizar este escrito es el quinto, denominado “El Alumnado”. En esta sección se trata la cantidad de personas o “alumnado” matriculados en el sistema educativo para el período 2015-2016. El informe pretende abarcar el sistema educativo en su totalidad clasificándolos en diferentes grupos y estudiándolos desde distintas perspectivas.
En el primer gráfico (5.1) se da un panorama sobre la cantidad de personas inscritas en el sistema educativo español, cifra superior a 10.817.557. De éstas, el 75 % están cursando el Régimen General no universitario, mientras que el 14.3 % pertenecen a la educación universitaria. Este porcentaje se reduce casi a la mitad (7.9 %) cuando se identifican los vinculados a Régimen Especial, pero se sigue disminuyendo aún más al momento de observar la Educación para Adultos de carácter formal con un 2.7 %.
A primera vista se puede ir construyendo una idea sobre el alto porcentaje de educación previa a la universidad, pero también se puede advertir la enorme brecha que hay entre educación previa a la universidad (Régimen General) y las etapas educativas que le siguen. De la población total que está matriculada en el sistema educativo, tan sólo el 25 % pertenece a la educación superior.
Esta idea se refuerza con el siguiente gráfico (5.2), en el que se identifica cómo el porcentaje de escolarización por edad va disminuyendo a medida que la edad aumenta. Entre los 3 y 16 años, la escolarización es casi absoluta en la población con un 96.2 % al inicio y con un 95.4 % al final. Después de cruzar esa frontera de edad, la escolarización va disminuyendo de forma casi constante a medida que se aumenta la edad, hasta llegar alrededor de 30 % antes de los 25 años.
Evidentemente, la brecha que hay entre el Régimen General y el resto de etapas educativas es bastante notoria. Se puede pensar que hay un descuido o desinterés enorme por parte del Estado al momento de elaborar rutas para que los jóvenes puedan continuar su proceso educativo al momento de finalizar su educación básica. Posiblemente, la idea de escolarización del país es importante para el Estado hasta la culminación de los estudios básicos. De ahí para adelante, la educación pierde fuerza como derecho y empieza a tomar forma de beneficio o “privilegio”.